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jueves, 25 de septiembre de 2014

Basta: Algunas de las tradiciones “culturales” más macabras del mundo

En nombre de la cultura y la tradición se pueden justificar y legalizar las más flagrantes barbaridades. Su invocación para evadir las leyes de maltrato animal es constante en numerosas partes del mundo.
En Chile el caso más vistoso es el del rodeo, considerado deporte nacional desde 1962 y cuyo fin es acorralar a un novillo a base de la propinación de embestidas de parte de dos jinetes ,que tienen hasta tres oportunidades para arriconarlo, siendo estos últimos valorados en función de sus movimientos, la actitud del caballo y el lugar donde le son encajados los golpes al animal.
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Pero son muchos más los lugares alrededor del mundo en los que el matrato animal resiste en nombre del arte popular y la tradición. Otro ejemplo a gran escala son las corridas de toros, especialmente representativas en España, donde, al más puro estilo del circo romano, un toro es burlado y hostigado con ‘banderillas’ hasta que finalmente el torero ‘remata la faena’ clavando una espada al animal. Factores como la bravía del toro, la postura y ejecución de los pases del torero o la limpieza en la forma de clavarle la espada al provocarle la muerte le pueden reportar a este último el derecho a cortar una, las dos orejas y, en caso de faena excepecional, el rabo del toro como trofeo.
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Aunque el maltrato es maltrato y el sufrimiento consentido y gratuito a cualquier ser vivo debiera estar penado sin excepción, lo cierto es que por lo general las cotas de crueldad aumentan en proporción inversa al tamaño de las poblaciones cinrcunscritas a una tradición determinada.
Aunque además de los ‘maltratos legales’ hay muchos otros ilegales no fiscalizados y existentes en numerosos países, como las peleas de gallos en México o Chile o las de perros, a nivel de fiestas populares inscritas y consagradas como lícitas e incluso consideradas actividades de interés turístico, España se situa a la cabeza como maltratador, mientras que el toro, por su parte, como animal maltratado.
Estas son algunas de las fiestas populares más macabras que las respectivas leyes de sus países permiten en el nombre de la tradición:
Toro de la Vega  (Tordesillas, Valladolid, España)
En esta ‘fiesta, celebrada todos los años en Septiembre y anclada a un origen medieval, un toro es conducido a un campo donde jinetes y lanceros a pie lo alcanzan  hasta causarle la muerte. El debate obviamente está servido y todos los años numerosos manifestantes tratan de impedir su celebración, hasta el momento sin éxito.
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Toros embolados
En este caso la diversión consiste en colocar sobre los cuernos de los toros un artilugio en el que se insertan bolas inflamables que comienzan a arder, provocando el temor de animal que trata despavoridamente de escapar del calor provocado por las llamas.
Se realizan en numerosas poblaciones de España,  concretamente en zonas de las comunidades de Castilla León y la Comunidad Valenciana.
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Toro de San Juan (Coria, Cáceres, España)
Declarada fiesta de interés turístico, en este caso el toro es soltado en un recinto amurallado donde los participantes le lanzan gruesos alfileres en un primer momento, para después acabar con su vida de un tiro.
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El giro del perro / Trichane Na Kuche (Brodilovo, Sofia, Bulgaria)
Esta macabra fiesta se prepara taponando el ano a varios perros en los días previos al festejo. Así, el ‘día grande’, cuando los animales son atados a una cuerda sobre un río haciéndoles girar sobre sí mismos, se provoca una expusión desmedida de heces por todos los orificios de estos. Según la tradición, a mayor cantidad de excrementos expulsada, mejor será la cosecha de la temporada.
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Matanza de delfines / Grindadráp (Islas Feroe, Dinamarca)
Este espectáculo de muerte, celebrado todos los años en un pequeño archipiélago del Atlántico Norte, consiste en conducir ballenas y delfines a una bahía, donde son agarrados de las fosas nasales mediante un gancho y conducidos a aguas poco profundas para ser decapitados. Los animales mueren agónicamente, desangrados.
La tradición, llevada a cabo desde hace siglos, se remonta a los nutrientes de estas carnes, que en tiempos anteriores conformaban la base alimentaria de los isleños, hoy ya suplida por las exportaciones europeas y estadounidenses que llegan a la zona. Además, desde el gobierno de la Isla han señalado que no es seguro consumir este tipo de carne.
El argumento de sus defensores, tradición y raíces.
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Corridas de gansos
Este festival, que consiste principalmente en arrancarle la cabeza a un ganso, se practica en diversas partes del mundo con ciertas particularidades.
El Goose Pulling, como se conoce en inglés, con orígenes en los Países Bajos del S XVII, todavía se celebra en algunas partes de Bélgica y en Grevenbicht en los Países Bajos, así como en algunas ciudades de Alemania, aunque en estos casos el ganso ha sido eutanasiado previamente.
También es popular en España, en un pueblo de la provincia de Toledo, donde ‘mozos’ a caballo tratan de arrancale la cabeza al animal.
En algunos países de América Latina, como Nicaragua, la tradición es con un pato en lugar de un ganso:
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Los aquí presentados son solo algunos de los ejemplos que diagnostican la grave enfermedad que enfrenta la sensibilidad humana para con los seres vivos con los que comparte lugar en este mundo.
A nivel internalcional, el artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, aprobada por la ONU en octubre de 1978, señala: “Ningún animal será sometido a malos tratos ni actos de crueldad. Si es necesaria la muerte de un animal, ésta debe ser instantánea, indolora y no generadora de angustia”.
Pero en la práctica esta recomendación es obviada por numerosos países que apelan al nombre de la tradición para salvaguardar la continuidad del maltrato. Maltrato que, además de ser gratuito, en muchos espacios conforma la opción preferida de disfrute y relajo del pueblo.
La máxima romana de ‘Panem et circenses’ (Pan y Circo) sigue vigente en su versión más cruenta.
Señores, digan BASTA al maltrato animal: La tortura no es arte ni cultura.
A. V / El Ciudadano

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